Guillermo Tagle

Participación masiva, urgente y necesaria

Guillermo Tagle Q. Director ICARE

Por: Guillermo Tagle | Publicado: Martes 24 de octubre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Estamos a sólo un mes de las elecciones presidenciales y parlamentarias. El tiempo vuela, se vienen encima los acontecimientos y tal vez no todos hemos hecho la tarea de involucrarnos, informarnos, aportar y participar en un proceso tan relevante.

Lamentablemente, en el último tiempo hemos enfrentado un proceso de polarización y crispación social, que hace más necesario que nunca involucrarse y participar. Por motivos que no se alcanzan a describir en este espacio, muchos se han dedicado a exacerbar y destacar sin tregua los problemas no resueltos del progreso económico y social vivido en los últimos 30 años. Muchos han optado por destacar las falencias, los vacíos y las faltas cometidas, por encima de los logros, los beneficios y la mejora en calidad de vida que han experimentado muchos. Resulta mucho más fácil ganar “rating” público discutiendo sobre la mitad del vaso vacía, que destacando las cosas que nos permitieron como sociedad llenar la otra mitad.

Anclados en un pasado que quebró nuestra institucionalidad y reputación democrática hace ya casi 50 años, todavía hay muchos que siguen mirando a nuestro país bajo el prisma de esa fractura que fue sin duda, la más grave de nuestra historia pero que necesitamos superar.

Esa discusión pesada y retrógrada es la que enfrentan miles que probablemente quieren mirar el futuro con optimismo, con ganas de escuchar ideas nuevas, sin amargura, sin violencia, con esperanza y con ganas de trabajar para llenar pronto esa mitad del vaso que espera aún vacía. Pero el tipo de preguntas, los temas que se repiten a los candidatos y el nivel de la discusión en los debates públicos, les resulta tan lejana, mezquina y miserable, que prefieren excluirse, seguir adelante con sus propios intereses y simplemente no participar. De paso, se profundiza el sentimiento de que el mundo político está lejos de la gente, que se trata sólo de personas que sucumben en una marea de conflictos de interés, que no luchan por el bien común, que sólo quieren consolidar posiciones de poder y de lucro personal y que por lo tanto, no vale la pena apoyarlos.

Sin embargo, por esa misma polarización que crece en la discusión pública, por el riesgo que ella conlleva, que de seguir creciendo podría conducir a Chile a un estancamiento económico y social y a una fractura institucional, es que se hace más urgente que nunca participar e involucrarse. Se estima que en las elecciones del próximo mes, en torno al 60% del universo total no irá a expresar su opinión. A eso podemos agregar que aún cuando se ha creado un nuevo esquema de aporte al financiamiento de la política administrado por el Servel, el número de ciudadanos que hará una contribución para que los candidatos de su preferencia tengan apoyo, es definitivamente inmaterial. En un esquema donde el número de aportes es mucho más importante que el monto de dinero recaudado, definitivamente no hay interés, ni difusión para que ello ocurra. Queda así ese tema, sólo en el contexto de la prensa de “farándula” que trata de identificar cuánto dieron los que más tienen, provocando de paso un desincentivo adicional a contribuir.

En la elección del 19 de noviembre se juega un partido relevante, no sólo porque elegiremos un nuevo Presidente, sino también porque definiremos quiénes serán nuestros representantes en la Cámara de Diputados y en la mitad del Senado. Chile tiene una oportunidad real de llenar la mitad del vaso vacía. Tiene la posibilidad de crear oportunidades que nivelen la cancha, con políticas públicas bien hechas y que resuelvan tantos problemas sociales que nos aquejan. Pero no lo vamos a lograr si el 60% o más de los electores se queda en su casa, si el número de personas que se comprometen colaborando con los candidatos de su preferencia, se hace inmaterial y sólo “los mismos de siempre” aparecen en las listas de contribuyentes.

Es urgente promover la participación colectiva en estas elecciones; cada uno en su entorno, en su familia, entre los colegas de trabajo y entre los vecinos. Chile los necesita a todos para construir una patria unida que crezca y traiga progreso y paz social. Sólo así podremos lograr que los “nuevos tiempos” que vemos venir, lleguen con una buena nueva para todos.

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